ÑOÑITO!!!

miércoles, 11 de febrero de 2009


Titulo este post en alusión a un apelativo que me puso una persona muy importante en mi vida, ÑOÑITO, en alusión a mi ya muy notoria obesidad.

Meter la wata se ha convertido en un tic demasiado natural y mi orgullo de ex chico sin wata no puede tolerar tanto deterioro. Si alguna vez pude andar en bvd o sin polo, pues volveré a hacerlo. Aunque para eso tenga que dejar de visitar a Miguelón, dejar de comer esos nada nutritivos, pero deliciosos snacks, dejar la gaseosa y pos supuesto la bendita chela. Y esto requiere de mucha voluntad. Y no siempre la voluntad recibe recompensas inmediatas.

Hoy, por ejemplo, me levanté dispuesto a completar veinte planchas, pero fracasé vergonzosamente en el intento. En la repetición número diecinueve mis brazos empezaron a doblarse, mis tríceps gelatinosos temblaban y ya no pude separarme del suelo lo suficiente. Quise suplir el ejercicio con una criminal sesión de abdominales, pero me quedé sin aire a la tercera repetición. Fui al espejo, me quité el polo, me puse en pose de HHH y justo cuando empezaba a creer que no me veía tan rollizo, mi hermana pasó y, con todo ese sarcasmo que la caracteriza, me preguntó señalando mi barriga deformada: “¿Para cuando esta programada la cesárea?”, Casi cometo un homicidio.
Mi hermana tiene razón: quiero hacer en una semana todo el ejercicio que no he hecho en un año. Yo le contesto que eso no es verdad, porque he vuelto a fulbito todos los miércoles y elimino así las grasas y toxinas con que castigo a mi cuerpo cada fin de semana (también entre semanas). Ella responde: “Bah, eso no es ejercicio”, con su ya clásico desprecio hacia mi calidad en el deporte rey. Pero no importa. Venceré a los fantasmas de la obesidad, tornearé mis brazos y le devolveré dignidad a mi hoy camuflada musculatura.

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